La industria ante el reto climático europeo.

El sector industrial es uno de los mayores emisores de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y, por tanto, clave para alcanzar los objetivos de la Unión Europea de reducir para el 2030 las emisiones en un 55%. En España, la industria genera aproximadamente un 18% de las emisiones totales de GEI, siendo el segundo sector más contaminante tras el transporte.

No solo se trata de metas voluntaristas. La Ley 7/2021 y el Real Decreto 214/2025, que entra hoy en vigor, han establecido la obligatoriedad de calcular la huella de carbono (alcances 1, 2 e incluso 3) y desarrollar un plan de reducción para grandes compañías. La tendencia es clara: quien no mida y controle sus emisiones quedará rezagado en un mercado cada vez más enfocado en la sostenibilidad.

En este contexto, muchas pymes industriales están tomando la delantera. Aunque la normativa no las obligue directamente, ven en la sostenibilidad una vía para mejorar su eficiencia y competitividad. Más del 66% de las empresas ya mide sus emisiones de alcance 1 y 2, es decir sus emisiones directas, aunque solo un 28% calcula también las emisiones indirectas de su cadena de valor (materias primas, viajes, proveedores) pudiendo identificar más oportunidades de ahorro y anticiparse a futuras exigencias.

“Lo que no se mide, no se puede mejorar”.

Según el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), conocer el origen y la magnitud de las emisiones de GEI de una organización constituye el punto de partida para reducir sus costes energéticos (electricidad, combustibles, transporte, etc.), a la vez que sus emisiones, y puede tomar medidas para optimizar procesos.

Las pymes industriales están descubriendo que la sostenibilidad no solo es una obligación, sino también una oportunidad para mejorar. Al hacer un inventario de sus emisiones de gases de efecto invernadero, pueden identificar las principales fuentes, como calderas antiguas o vehículos poco eficientes, y aplicar planes de reducción específicos. Estas acciones no solo disminuyen las emisiones de CO₂, sino que también generan ahorros en la factura energética. Además, implementar medidas de eficiencia, como mejorar el aislamiento o usar iluminación LED, ayuda a ser más competitivas. Las pymes que calculan y reducen sus emisiones están mejor preparadas para futuras regulaciones y adelantarse a requisitos de clientes o licitaciones públicas ya que la contratación sostenible valora la huella de carbono de los proveedores.

Herramientas digitales al alcance de pymes y autónomos

Hasta hace poco, calcular la huella de carbono era un proceso complejo, reservado a corporaciones con amplios recursos o a industrias muy grandes. Hoy, existen herramientas en línea que automatizan los cálculos a partir de los datos de actividad de la empresa, simplificando enormemente la tarea. Cualquier pyme, por muy pequeña que sea, puede ya medir su huella de carbono y ayudar así a combatir el cambio climático.

En este ámbito destaca nuestra herramienta digital EUSKCO2 para facilitar a pymes y autónomos el cálculo preciso de sus emisiones. EUSKCO2 funciona como una plataforma online intuitiva (software as a service), sin necesidad de instalación y de muy fácil uso. Cada organización introduce en la aplicación sus consumos y actividades relevantes: por ejemplo, los kWh de electricidad consumidos en planta, los litros de combustible utilizados en calderas o vehículos, o los kilómetros recorridos en desplazamientos de negocio y la herramienta calcula automáticamente la huella de carbono asociada, con validación de datos por expertos y evidencias adjuntas (facturas de luz, tickets de combustible, etc.).

Además, la herramienta ofrece informes con recomendaciones para reducir emisiones, ayuda a gestionar certificaciones oficiales del MITECO y facilita la obtención de sellos que acreditan el compromiso ambiental de la empresa. Todo esto, adaptado a las necesidades de cada organización, hace que la tecnología para medir y reducir emisiones sea accesible para cualquier tamaño de empresa, promoviendo la descarbonización y la responsabilidad ambiental.

Caso práctico: una pyme industrial que reduce emisiones y costes

Para ilustrar los beneficios, tomemos como ejemplo una planta de fabricación metalúrgica que decide dar el paso hacia la sostenibilidad. Esta pyme industrial comienza registrando su huella de carbono con EUSKCO2. La empresa identifica que el gas natural y la electricidad son sus principales fuentes de emisiones, y con esa información implementa mejoras como optimizar la combustión, instalar paneles solares y renovar equipos por otros más eficientes. ¿Resultado? En solo un año, logra reducir su huella en un 15% y ahorra un 10% en su factura energética, además de certificar su huella con el sello oficial “Calculo” del MITECO y avanzar hacia el sello “Reduzco”. Este proceso no solo cumple con las expectativas medioambientales, sino que también mejora su imagen, abre puertas a nuevos mercados y contratos

Clientes internacionales comienzan a exigir huellas de carbono verificadas en su cadena de suministro; al estar ya certificada, nuestra pyme metalúrgica abre la puerta a nuevos mercados y contratos que priorizan proveedores sostenibles. Asimismo, comunica con orgullo sus logros ambientales, ganando reputación y diferenciación frente a la competencia. La sostenibilidad, lejos de ser un coste, se convierte así en un factor de innovación y ventaja competitiva para la empresa industrial.

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