El Día Mundial de la Eficiencia Energética se celebra con la vista puesta en construir un mundo sostenible y combatir el el cambio climático. La eficiencia energética consiste en usar menos recursos y más energías limpias, una ecuación que contribuye a mejorar la salud del planeta.
La eficiencia energética no es un concepto más. La ONU, en su listado de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) le concede a la producción y consumo energético un lugar destacado. Según la organización, el modelo energético mundial actual es el mayor contribuidor al cambio climático y el responsable de la emisión de alrededor el 60% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI).
También la Unión Europea (UE) quiere reconstruir la economía del continente pensando en verde, con el European Green Deal, que abarca la eficiencia, las energías renovables y la reducción de emisiones de CO2. Los tres van de la mano.
Más energías limpias y utilización de menos recursos.
Ser eficientes energéticamente no es nada más que la acción de obtener la suficiente energía para desarrollar una vida y una economía racionales, pero con el empleo de menos recursos. Una gran opción es que estos procedan de fuentes limpias, sostenibles y no contaminantes.